Los tres vectores principales de la espiritualidad integral

En el camino del crecimiento personal, hay muchas dimensiones de la vida que se deberían de tener en cuenta, y una de las más importantes es la espiritualidad. En el presente artículo, hablaré de tres dimensiones que a mi juicio son las principales para comprender la espiritualidad en nuestros tiempos. Son, A) el sujeto o yo conocedor que tiene la experiencia espiritual, B) lo conocido o experimentado, y C) el paradigma por el cual se interpreta, se enactúa y se le da sentido a lo experimentado.

Adentrémonos a ver un poco más sobre cada uno de esos ámbitos.

A) El yo conocedor: es la fuente de la conciencia en todo momento, la cual percibe, mira, escucha, siente, etc. Aunque ese yo, en la vida humana, encarnada, está velado u ofuscado, y durante el camino de crecimiento espiritual del sujeto, va progresando o ascendiendo, como desvelando o quitando capas de espesor a esa originaria ofuscación que tiene la identidad de todo ser humano, desde los inicios de su vida encarnada. Ese proceso de desvelado es descrito por autores como Daniel P Brown y Ken Wilber como los diferentes "puntos de visión" por los que asciende el sujeto. Así pues, los niveles por los que puede transitar la identidad humana adulta son los siguientes:

1. Ego. Identificación con el cuerpo y los pensamientos. O lo que viene a ser lo mismo, el sujeto confunde su identidad con sus pensamientos egóicos y el cuerpo físico encapsulado por su piel.
2. Alma. Liberación de las limitaciones de la identificación exclusiva con el nivel anterior, aunque todavía identificado con la personalidad. Aunque es una identificación con la personalidad individual libre del pensamiento egóico, pues tiene la capacidad de atestiguarlo y tratar al propio ego como un objeto más de los que puede servirse o dejar a un lado mientras no le sea útil. Desde ese estado del yo alma, se perciben sentimientos de amor, beatitud, alegría, claridad, felicidad..., y también ira, odio, celos...; imágenes onírico-visionarias, mundos y "seres" de luz; estados de gran luminosidad y iluminaciones audibles; emociones intensas que abrazan a todos los seres sensibles.
3. Yo superior. Libre de la identificación anterior, la propia personalidad individual con todo lo que exige defender, aunque todavía confinado en un espacio-tiempo personal. Es decir, que todavía no es una identidad atemporal, ni ubicua. Cree que su identidad tiene un principio, y que la distancia física y el transcurrir del tiempo le limita y separa. Este estado de conciencia a menudo suele estar permeado con Gozo radical, Amor puro, Belleza Infinita, y Libertad ilimitada.
4. Yo Real. Libre de la confinación en el espacio-tiempo personal, aunque todavía confinado en las dualidades sujeto/objeto de la conciencia individual (dicotomía entre el Testigo y lo atestiguado), y singular/plural, es decir, dualidad entre lo Uno y los muchos (dicotomía entre lo que Yo soy y lo que no soy, lo otro). Testigo Vacío Puro, libre de todo objeto.
5. Esidad o Talidad no dual. Identidad transdual. Aquí la identidad ya no está confundida. Ahí, el mundo de las formas observadas, y la Vacuidad clara y abierta del "Yo Real Testigo", son vistos como uno (o mejor dicho no dos). No hay nada que se sienta como un sujeto o Yo separado de un objeto o lo atestiguado, tampoco hay una interioridad separada de lo exterior, aunque estas distinciones pueden ser reconocidas, mas la identidad no se asocia a ninguna de ellas. Se trata de la Esidad única de lo que es, siempre resplandeciente.

B) Lo conocido o experimentado. Franja de la realidad percibida, que va de más densa a más sutil. Según Ken Wilber, el mundo conocido y sus objetos que percibimos en el, se encuentran en un espectro o gradiente (o gradación), y tal espectro ha sido segmentado en una serie de zonas o bandas de la realidad, con el fin de facilitar su descripción, y al igual que los paralelos y meridianos de un mapa, tales franjas no existen ahí fuera, por eso no hay que confundir el mapa con la realidad. De todos modos, un buen mapa puede ser de mucha utilidad para navegar el vasto océano de la vida y la búsqueda de la felicidad. Aclarado eso, Wilber usa un mapa de 3 niveles o bandas de "lo percibido", que son la realidad ordinaria, la sutil y la causal. Lo normal es percibir la realidad ordinaria, la más densa, sin problemas. Y para percibir lo sutil o lo causal (lo muy muy sutil), se requiere refinar la sensibilidad y la precisión. Exploremos ahora, concisamente, cada una de estas franjas.

1. El mundo o reino ordinario. Es el mundo físico, el cosmos material de más densa vibración. Es la realidad más obvia y fácil de percibir. En esa banda de la realidad encontramos las energías que los físicos actuales han descubierto, que aunque no sean tan accesibles a los sentidos, sí que se pueden apreciar con instrumentos o demostraciones científicas. La familia de la energía ordinaria contiene los géneros de energía: gravitatoria; electromagnética; nuclear fuerte y nuclear débil. El género electromagnético contiene las siguientes especies de energía: los rayos cósmicos; los rayos gamma; los rayos X; la luz visible; la luz infraroja; las microondas, etc... El género nuclear fuerte contiene las especies de energía: bariones; los hadrones; los mesones (etc.). Aquí pondríamos cualquier especie que la ciencia encuentre en el género gravitatorio y en el género nuclear débil.

Y, evidentemente, también entra en el reino de lo ordinario, toda la realidad que se deriva de esas energías, como átomos, moléculas, células, tejidos, órganos, organismos, personas, animales, cosas, plantas, estrellas, etc., que son accesibles a los sentidos o a extensiones tecnológicas de los sentidos, como telescopios, microscopios, etc.

2. La realidad sutil, es de una vibración más elevada que la ordinaria. La familia de la energía sutil contiene los siguientes géneros de energía: etérico (L-1 o campo-biologico-1);  astral (L-2 o campo-biologico-2); psíquico-1 (T-1) y psíquico-2 (T-2). El género etérico (L-1 o campo-biologico-1) contiene las especies de energía: viral; procariota; neuronal; de las cuerdas neurales (etc.). El género astral (L-2 o campo-biologico-2) contiene las especies de energia: del tronco cerebral reptilano; el sistema limbico (etc.). El género psiquico-1 o T-1 contiene las especies de energía: del nivel de conciencia egocentrada; del nivel de conciencia etnocéntrica; del nivel de conciencia racional; del nivel de conciencia pluralista (etc.). El género psíquico-2 o T-2 contiene las especies de energía: del nivel de conciencia holístico; del nivel de conciencia integral; del nivel de conciencia paramental (etc.). [Aquí les dejo el siguiente enlace para leer con más detalle sobre las energías sutiles].

3. La realidad causal. En el causal parecen surgir las formas más sutiles de todas, las primordiales formas muy sutiles geométricas (origen de toda forma posterior), sonidos primordiales muy sutiles (origen de todo sonido posterior), la misma matriz del espacio-tiempo en sí misma, formas coloreadas (origen de todo color posterior). En el causal es donde se captan los arquetipos de las grandes tradiciones (formas o pautas fundamentales sobre las que se basa toda manifestación, primeras formas necesarias para crear un Universo y las formas en las que se basan y de las que dependen todas las demás formas). También es donde encontramos el origen de las pautas más fundamentales y básicas del Universo, como el origen del impulso hacia la autonomía, el origen del impulso hacia la comunión, el impulso de amor ascendente (a lo divino) y el impulso del amor descendente (a lo terrenal).

La familia de energía causal contiene el género campo-C (etc.). El género campo-C contiene las especies: nirvikalpa; jnana (etc.).

Cabe decir que sería más correcto haber empezado la descripción de las 3 franjas de la realidad por la causal por ser la primera en aparecer, seguida de la realidad sutil y finalmente acabar con la realidad ordinaria, pues la energía causal es el soporte y fuente de la sutil y por su naturaleza holoárquica (jerarquía natural y no opresora) es el soporte de todas las demás formas de energía, por ende, la energía sutil es el soporte de la energía ordinaria. Por esa razón la realidad causal tiene este nombre, pues es la causa o fuente de todas las realidades posteriores más densas.

Y además, la energía, ya sea causal, sutil u ordinaria, no es la base o escalón más bajo de la existencia, sino la forma exterior, y la conciencia con sus estados, es su contrapartida interior. Todo (realidades, eventos, cosas, personas, todo en definitiva) tiene un exterior (materia-energía) y un interior (conciencia con sus estados).

C. El paradigma de interpretación del mundo. Vendría a ser como el color (o la graduación) del cristal por el cual el conocedor mira o accede a lo conocido y le da un sentido. Otra metáfora para ilustrar esas estructuras de interpretación, es verlas como si fueran mapas ocultos, que en un principio no sabemos de su existencia y los expertos van desvelando los mapas ocultos, y estudiándolos se nos hacen cada vez más visibles. Veamos un ejemplo de mapa oculto. Un niño que nace en el seno de una familia cuya lengua es la española, acabará ablando español, más o menos bien, o sea, colocando adecuadamente sujetos, predicados y verbos, utilizando correctamente adverbios y adjetivos, ordenando bien las frases, etc. Aunque si les pedimos que nos digan cuales son las normas gramaticales que rigen su habla, son relativamente pocas las personas que podrán hacerlo. Pues, aunque todos los hispanohablantes nos atengamos, más o menos, a esas reglas, pocos son conscientes de ellas.

Eso es un simple ejemplo de los muchos mapas ocultos que operan en nuestras vidas. Se trata de los mapas básicos que empleamos para dar sentido al territorio en el que estemos, como por ejemplo el entorno laboral, el de las relaciones, el de la creación artística, el del deporte, el de la educación de los hijos y, en definitiva, el de casi todo.

Otro ejemplo de mapa oculto serán los niveles del desarrollo de los valores, que expondré a continuación:

1. Valores de supervivencia básica. Comer, beber, reproducirse, protegerse de depredadores, calor, estar con los de su especie, etc. Los valores de este estrato, que se iniciaron en los albores prehistóricos de la humanidad, perduran, por ejemplo, en transeúntes, bebés, gente con alguna enfermedad mental o daño cerebral severo...
   
2. Mágico-animista. Tales valores surgieron en la humanidad hace unos 50.000 años. Los valores de este estrato, perduran en nuestros días, en toda la gente que cree en cosas mágicas tipo astrología, tarot, hechizos, conjuros, supersticiones... Por ejemplo, la espiritualidad New Age resulta de entremezclar elementos mágicos, racionales, pluralistas y holísticos. Su error es pensar que todos sus elementos son holíticos, cuando no lo son.
3. Autoprotector, poder egocéntrico, impulsivo, heróico. Emerge hace unos 10.000 años. Los valores que aparecieron en el tercer estrato, perduran hoy de muy diversas formas, como el niño terrible de dos años, el rebelde sin causa, la mentalidad fronteriza, los líderes de las bandas, los malvados de las películas de James Bond, los mercenarios, las estrellas del rock, los grandes navegantes y exploradores intrépidos, etc.
4. Orden mítico. Pertenencia. Creencias incuestionables, absolutistas. Este sistema de valores empezó a emerger hace unos 5.000 años. La vida tiene un sentido claro, una dirección, un objetivo y un orden impuesto por un Otro todopoderoso. Los valores del estrato 4 perduran en los políticos conservadores, fundamentalismos de todas las grandes religiones, la obediencia ciega a una ley, los totalitarismos, el puritanismo, jerarquías sociales rígidas y paternalistas...
5. Logro, lógica racional, buscar la excelencia. En esta ola del desarrollo de los valores, que empezó a emerger hace unos 2.500 años y especialmente hace unos 300 años con la Ilustración y la ciencia,  y su expansión masiva no llega hasta producirse la revolución industrial. Los valores del estrato 5 siguen en la actualidad en Wall Street, la clase media emergente de todo el mundo, la industria cosmética, la búsqueda del éxito, el materialismo, el capitalismo de mercado y el liberalismo centrado en las ganancias de uno mismo, la racionalidad académica, etc.

   Cabe decir que los rasgos profundas están determinados naturalmente, mientras que los rasgos superficiales son modeladas por la cultura e incluso cambian de un individuo a otro, por tanto, uno puede estar dirigido al logro y guiado por la razón (rasgo profundo de los valores del quinto estrato) y ser materialista (rasgo superficial de los valores de este estrato y que puede no aparecer). Es decir, estar dirigido por el logro, no necesariamente te convertirá en materialista o capitalista. Lo mismo ocurre en los demás estratos de valor, que es necesario no confundir los rasgos definitorios con los rasgos superficiales que varían dependiendo de la cultura, e incluso cambian de un indivíduo a otro.

6. Pluralista, el "yo" sensible. Su boom fue en Mayo de 1968. Centrado en la comunidad, en la relación entre los seres humanos, en las redes y en la sensibilidad ecológica. Fuertemente igualitario y antijerárquico, se centra en los valores plurales, en la construcción social de la realidad, en la diversidad, el multiculturalismo y la relativización de los valores. Toma de decisiones sustentada en la conciliación y el consenso (desventaja: dilación “interminable” del proceso de toma de decisiones). Los tres pilares (en principio sanos) de la forma de pensar de la gente pluralista, por lo general se han corrompido.
   • Contextualismo: toda verdad es dependiente del contexto. Aunque algunos contextos son verdades universales y por lo tanto existen verdades comunes a todos; el mero hecho de que toda verdad es contextual es una verdad universal.
   • Constructivismo: toda verdad de como es la realidad no se nos es simplemente dada, sino que es co-construida entre el sujeto que interpreta y lo que esta siendo interpretado. La "construcción social de la realidad" no significa que "no hay verdad real", sino que significa que la naturaleza y contextos de el conocedor son una parte intrínseca del proceso de conocer; y más importante aún, nos abre a un genuino mundo complejo, en que cada diferente nivel genealógico del desarrollo "co-construye" un mundo diferente, algo que exige la inclusión de todas las maneras de ver el mundo que hayan surgido durante el desarrollo histórico.
   • Aperspectivismo: no hay perspectivas privilegiadas ahistóricas. Por lo tanto, aunque cada etapa es adecuada (con su propia verdad de lo que es la realidad), cada etapa siguiente es más adecuada, es decir, cada etapa tiene sus verdades, mas cada etapa superior tiene verdades "más profundas y ámplias" o contiene más perspectivas para ir abordando la verdad de la realidad. Estas son las virtudes de tener en cuenta la evolución social y cultural.

Esos avances postmodernos se han corrompido de la siguiente manera:

El sistema de valores del estrato 6, se halla presente en la ecología profunda, el postmodernismo, el idealismo de corte holandés, el counseling de Rogers, el sistema sanitario canadiense, la psicología humanista, la teología de la liberación, el Consejo Mundial de las Iglesias, Greenpeace, la ecopsicología, los derechos de los animales, el ecofeminismo, Foucalt/Derrida, lo políticamente correcto, los movimientos en pro de la diversidad, el movimiento LGTB, los derechos humanos y el multiculturalismo. Otro de los rasgos del sistema de valores verde es pretender no juzgar, no comparar. Aunque, inconscientemente, desde verde, no se aceptan los valores previos, y por ende juzga a tales sistemas de valor como equivocados o menos buenos que su manera de ver el mundo. Y cae en muchas otras contradicciones, como por ejemplo, defender que se tiene que tratar igual a todo el mundo, y a la vez, como es lógico, decir que a los fascistas, por ejemplo, se les tiene que castigar. No se dan cuenta, desde los valores verde, de estar admitiendo que hay una jerarquía en donde los que no juzgan están por encima de los que juzgan. Aunque ellos mismos juzgan negativamente, y con razón, al racista o al sexista. Finalmente tienen que admitir que hay verdades absolutamente ciertas, que hay juicios acertados al 100%.

Las jerarquías se pueden clasificar en dos grupos, las jerarquías de dominio y las jerarquías de desarrollo. Es decir, jerarquías de opresión, como el sistema de castas indú, las jerarquías en las organizaciones criminales, etc., y, por otra parte, las jerarquías naturales, como la que conduce de las partículas subatómicas, a los átomos, de estos a las moléculas, después a las células, a los órganos, a los organismos, o sea, una jerarquía en donde cada estructura superior, trasciende e incluye a todos sus predecesores, razón por la cual, la secuencia discurre por totalidades cada vez más inclusivas, complejas y significativas. En las jerarquías naturales, los niveles más elevados no oprimen a los inferiores, sino que los incluyen. Así pues, uno de los aprendizajes más importantes que pueden hacer las personas con valores del estrato 7 es a no odiar a todas las jerarquías, y a deshacerse solamente de las jerarquías de opresión.

8. Integral. Visión de holoarquías de desarrollo (totalidades y a la vez parte de algo mayor, evolutivas). Eso nos devuelve el poder tener una metanarrativa para dirigir nuestras vidas en pro al bien de todos los estratos del desarrollo.

Se une el sentimiento y el conocimiento, la emoción y el pensamiento, el cuerpo y la mente; múltiples niveles interrelacionados en un metasistema; fundamento de la totalidad extensa.

Tanto teórica como prácticamente, es posible una “gran unificación”, es decir, una visión de conjunto.

Aquí se valoran los sistemas de sistemas complejos evolutivos, los juicios ordenados en escalas de valores, las jerarquías de desarrollo y naturales.

La evolución va de lo más simple a lo más complejo, de lo más fundamental a lo más significativo, de más egocéntrico a menos egocéntrico.

El Cubo del desarrollo espiritual de DiPerna.

Dustin DiPerna, en su libro "Streams of Wisdom", pone en un mismo gráfico esas tres dimensiones principales de la espiritualidad. Justo aquí abajo pueden ver este gráfico, donde el eje vertical señala los niveles estructurales o paradigmas (lente por la cual mira), el eje horizontal señala el punto de visión del vidente o sujeto (el conocedor), y el eje en diagonal señala el reino o estado que se esta conociendo o accediendo.

Fígense que es este gráfico hay una variable (dimensión), que según DiPerna en la rejilla Wilber-Combs (de solo dos dimensiones y que os enseño justo aquí abajo) nunca contempla. La cuestión es que es muy bueno y útil diferenciar el estadio de estado del yo (ego, alma, yo superior, Yo Real y Esidad no dual) del eje vertical, y los reinos a los que se accede, que solo son 3, ordinario, sutil y causal (no 5 como los estados del yo). Por no es lo mismo el estado de conciencia y la franja de la realidad a la que esta conciencia accede. No es lo mismo el vidente que el paisaje visto. Los reinos son ontológicos y los estados epistemológicos.

Esa diferenciación tiene importancia, pues la liberación depende únicamente del punto de visión del cual la corriente de conciencia surge, en cualquier momento (el yo observador). No depende del Reino que se contempla, no depende de los cambios de los fenómenos atestiguados, por muy sutiles que sean, ni depende de la lente interpretativa que usa ese yo (aunque la Plenitud sí que depende de eso, así pues, si desea ahondar en esa cuestión concreta, lea el siguiente artículo clicando aquí).

Además, el punto de visión del yo (eje vertical de la foto de justo aquí arriba) tiene un desarrollo holónico en que cada nivel trasciende e incluye a su predecesor. No ocurre lo mismo con las franjas de la realidad o reinos atestiguados, que son excluyentes entre sí, es decir que cuando contemplas lo ordinario, no contemplas lo sutil. Cuando contemplas lo causal, no contemplas lo sutil. Lo que cuando miras desde el alma o yo sutil, sí que integras el ego ordinario. Insisto de nuevo, el que ve y lo visto no son lo mismo en el mundo relativo (la realidad absoluta es incalificable). Además la no dualidad no significa preferir la unidad en contra de lo múltiple, sino que lo múltiple y uno es al mismo tiempo. La visión no dual no deja de percibir lo múltiple, solo que no se confunde por ello.

Incluso cuando miras desde la Talidad no dual iluminada, integras el ego o yo de lo ordinario. Por eso, según Wilber, el iluminado tiene ego, sano claro. Y puede mirar y sentir el reino que desee. Y no pasa nada si se centra más en el ordinario, aunque no sea el reino más elevado, que es el causal. Ahí, ocupándose de lo ordinario, puede no sentir la necesidad de cambiar de reino. Si lo hace, bien, y si no, bien también.

Otro gráfico esclarecedor de DiPerna, combinando estados del vidende con Reinos de lo visto. En la foto de justo aquí abajo, ilustra un caso concreto, de una persona que ha establecido su visión en no dual, o trans-dual como prefiere llamarlo (pues no deja de tener acceso a lo dual), donde los aspectos subjetivos y objetivos son a la vez como la Esidad de lo que Es. Este individuo, con su visión establecida permanentemente (anclada) en la Esidad no dual (símbolo de un ancla en el gráfico), pongamos por ejemplo que tenga una experiencia extraordinaria meditativa de comunión sutil. La casilla con un punto en su centro, representa el punto de visión más básico integrado en etapas anteriores (por su naturaleza holónica) por el cual se activa y enactua la experiencia de estado sutil. Y lo que se perciba en tal experiencia sutil emerge como no-dos o no-separado de la perspectiva no dual en la que ya se encuentra anclado o establecido.

Como vemos, el individuo que ha despertado la visión no dual (iluminado o al menos bastante iluminado), todavía tiene acceso a todos los puntos de visión previos que integra, trasciende y atraviesa. Por eso tiene conciencia individual, nota el tiempo y el espacio y es capaz de operar en ellos, tiene personalidad individual, pensamiento propio, y en definitiva, que todo lo inferior no desaparece en la realización de estado no dual, sino que es integrado.

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Estas meditaciones, basadas en la Teoría Integral de Ken wilber, empiezan por el nivel más básico, el infrarrojo, y van ascendiendo, transportando tu conciencia de forma natural hasta los niveles más elevados. ¡Es un viaje interior apasionante!

Por ejemplo, en la meditación del primer nivel, practicarás atención plena sobre tu impulso de "hambre", para integrarlo (en caso de que no esté bien integrado) y trascenderlo. Esa práctica puede curar problemas con ese impulso, ya sean por adicción o por disociación.

Este tipo de meditaciones son algo novedoso, pues no son meditaciones al uso, no son meditaciones de estado, no son meditaciones del ámbito del despertar, son meditaciones de estructura, de la dimensión del crecer, y siéndote sincero, no encontrarás muchas meditaciones para crecer estructuralmente y limpiar, ya que la mayoría son meditaciones para lograr estados elevados (lo cual está genial, aunque en internet puedes encontrar miles de meditaciones de este tipo), no del tipo de meditaciones que aquí te ofrezco (para crecer). Así pues, en este sentido, son unas meditaciones muy especiales y con elevadísimo potencial transformador para ti.

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