El desarrollo de la espiritualidad según Ken Wilber

 

Según explica Ken Wilber en su libro "La religión del futuro", la conciencia espiritual se podría ver desde las siguientes dos perspectivas, 1) la experiencia espiritual (o despertar espiritual) y 2) la inteligencia espiritual (crecer espiritual).

  1. La experiencia espiritual, es un estado místico en primera persona (experiencia interna del sujeto). Tiene que ver con nuestro despertar a la dimensión divina de la realidad. Y podemos clasificar esas experiencias místicas en 5 grupos:
  • Misticismo natural del reino ordinario o unio mística con el reino de lo psico-físico (unión con personas, animales, plantas, astros, gaia, fluir en tareas concretas, estado de unión con montañas, bosques, etc.).
  • Misticismo del reino o dimensión sutil o unio mística con las sutilezas más finas, que requieren alta sensibilidad para percibir lo menos obvio, en donde se perciben sentimientos de amor, beatitud, alegría, claridad, felicidad... muy elevados e intensos, y también ira, odio, celos...; imágenes onírico-visionarias, mundos y "seres" de luz; estados de gran luminosidad e iluminaciones audibles; etc.
  • Misticismo causal (o muy muy sutil). En el causal parecen surgir las formas más sutiles de todas, las formas primordiales muy sutiles, como por ejemplo, geométricas (origen de toda forma posterior), sonidos primordiales muy sutiles (origen de todo sonido posterior), la misma matriz del espacio-tiempo en sí misma, formas coloreadas (origen de todo color posterior). Todo esto a menudo permeado con Gozo radical, Amor puro, Belleza Infinita, y Libertad ilimitada.
  • Misticismo sin forma, propio del estado de Testigo Vacío creativo pleno o Turiya (que en sánscrito significa literalmente cuarto estado), en donde la mente debe de estar completamente limpia de cualquier concepto. Es una conciencia clara, desnuda, atestiguando ecuánimemente todo lo que pueda aparecer y quedando en presencia pura, desapegada y libre. 
  • Misticismo no dual. En el estado no dual o Turiyatita (que en sánscrito significa más allá del cuarto estado), ves claro que el Vacío es forma, y que la forma es Vacío. Ahí, el mundo de la forma observada, y la Vacuidad clara y abierta del "Yo Real Testigo", son vistos como uno (o mejor dicho no dos).

 

Estos estados de unión mística, según su duración, serán "experiencias cumbre", si duran poco tiempo, "experiencias meseta", si se mantienen durante horas o días, y "estabilizaciones de estado místico" si permanecen todo el tiempo.

 

2. La inteligencia espiritual, relacionada con las diversas (o infinitas) dimensiones (simbolizadas como líneas espiraladas) de la conciencia, que se desarrollan hacia estructuras de cada vez más complejas, significativas, y menos egocentradas, como por ejemplo la dimensión cognitiva, la dimensión de la percepción estética, la dimensión de los valores de cada persona, etc. Entonces en íntima relación con todas las dimensiones de la conciencia, la dimensión espiritual del ser humano puede ser vista como una línea de inteligencia espiritual. Y en su desarrollo, pasa por una serie de niveles que en el inicial recibe el nombre de arcáico, desde donde puede proseguir evolucionando hacia una estructura o nivel llamada mágica por los teóricos que la investigan, desde ahí el crecimiento proseguiría a la estructura mítica, de esta a la racional, más adelante a la pluralista, la seguiría la integral y finalmente la supraintegral.

 


 

La inteligencia espiritual es el modo en que respondemos a la pregunta, ¿cuál es para mi la preocupación última?

Esta preocupación, para alguien que se encuentre en el primer peldaño (arcaico), gira en torno a la supervivencia y atender a sus necesidades básicas de alimento, cobijo, etc. Para quien se encuentre en el segundo escalón u ola del desarrollo (mágico) gira en torno al animismo, placer emocional y sexual. Para quien se encuentre en el peldaño tres (mágico-mítico), se trata del poder y la seguridad. Para quien se encuentre en el cuarto peldaño (pertenencia mítica), se trata del orden y la pertenencia. Para quien se encuentra en el peldaño cinco (racional), se trata del logro y la excelencia. Para quien se encuentre en el sexto peldaño (pluralista), se trata de la sensibilidad y el respeto. Para quien se encuentra en los peldaños siete y ocho (conciencia de segundo grado), se trata del abrazo y la inclusión amorosa. Y para quien se encuentre más allá de la octava ola del desarrollo, es decir, en los niveles de tercer grado, se trata de la autotrascendencia y la totalidad pura, en conciencia de unidad que empieza con la totalidad del reino ordinario psico-físico (paramente), continua con la unidad con lo sutil (metamente), sigue con la unidad con lo causal (sobremente inferior), después vendría la estabilización del Testigo Vacío (sobremente superior) y finalmente la estabilidad de la no dualidad entre en Testigo y lo atestiguado.

 

Adviertan ahora que esos niveles más elevados de la inteligencia espiritual, los llamados niveles de tercer grado, ya requieren de estabilización en algún tipo de estado místico o experiencia espiritual. La cuestión es que una persona puede hallarse en casi cualquier nivel del desarrollo y tener experiencias místicas de tipo cumbre, meseta o estabilización de cualquier reino o estado. Es decir, tu inteligencia espiritual podría estar en el nivel ámbar y estabilizarte en una unión mística de estado causal, por poner un simple ejemplo. 

 

¿Y cuál es el nivel estructural más elevado en el que se vuelve indispensable estabilizar un determinado estado del despertar, para no quedar estancados?

 

Según Wilber, la estructura de la paramente (color añil) es el límite superior en el que se puede realizar la objetivación del estado ordinario (misticismo natural), es decir, no se logra ascender a esta estructura (ni a las siguientes) sin haber objetivado (o hecho consciente de forma estable mediante un "yo" sutil que lo puede observar como objeto, de ahí el nombre técnico de objetivar) el estado ordinario.

 

La estructura de la metamente (violeta) es el límite superior para objetivar el estado sutil (es decir que tal objetivación se vuelve una necesidad ineludible). Como ya hemos dicho, tal estabilización de estado puede suceder en estructuras menos elevadas como la mítica-tradicional (ámbar), aunque si tal objetivación del estado sutil no hubiera ocurrido, se podría seguir creciendo por las estructuras del desarrollo hasta llegar a la paramente (añil), donde se estancaria tu evolución por las estructuras. Así pues, si se quiere  ascender a la metamente (violeta), la objetivación del estado sutil es un requisito imprescindible. Y, dense cuenta de que, objetivar el estado sutil no significa ascender a la metamente (violeta), pues, como ya he dicho, la objetivación de lo sutil puede suceder en estructuras inferiores.

 

La sobremente (ultravioleta) es el límite superior para objetivar el estado causal y el estado de testigo puro.

 

Y la Supermente (blanco) es el límite superior para estabilizar el estado no dual. Teniendo en cuenta que, lo más probable es que la estabilización del estado no dual haya sucedido (en las agraciadas personas que se establecen en este estado) antes, ya que puede suceder a partir de que se cumpla el desarrollo estructural mínimo, en este caso, pluralista (verde). 

 

Así que, podemos ver que hay una relación clara entre el crecer y el despertar, entre la evolución de las estructuras de la conciencia y la capacidad de atestiguar más reinos de la realidad.

 


 

Siguiendo con la "inteligencia" espiritual, son muchas las definiciones diferentes que se han dado, la mayoría de las cuales se centran en: a)  las aptitudes o habilidades concretas que debería mostrar, como el amor, la compasión, la sabiduría, etc. Y b) la altitud en los niveles verticales de crecimiento y desarrollo espiritual, con sus estructuras, patrones y visiones. Y solamente nombraré las aptitudes y habilidades, y me centraré más en la descripción del desarrollo estructural de la inteligencia espiritual, por la sencilla razón de que esta segunda forma de verla ha sido la gran olvidada de todas las grandes tradiciones espirituales.

  • a) Las 21 aptitudes de la inteligencia espiritual (https://deepchange.com/spanish):

1- Conciencia de mi propia cosmovisión o mi visión del mundo.

2- Conocimiento del propósito de la vida (o misión, vocación).

3- Conciencia de la Jerarquía de Valores.

4- Complejidad del pensamiento interno (no es lo mismo que el coeficiente de inteligencia).

5- Conciencia del Yo ego / Ser Superior.

6- Conocimiento de la interconexión de toda la vida.

7- Conciencia de las cosmovisiones de otros.

8- Amplitud de tiempo / percepción del espacio.

9- Poderes y limitaciones de la percepción humana.

10- Conciencia de las Leyes Espirituales, o Principios Espirituales.

11- Experiencia de Unidad Transcendente.

12- Compromiso con el crecimiento espiritual.

13- Mantener el yo superior a cargo.

14- Vivir tu propósito y valores.

15 - Mantener la fe incluso durante tiempos difíciles.

16- Buscando guía del Ser Superior.

17- Siguiendo o siendo Maestro sabio y efectivo de los principios espirituales.

18- Ser un líder sabio y eficaz / Agente de cambio.

19- Toma de decisiones compasivas y sabias.

20- Convertirse en una presencia calmante y sanadora.

21- Alinearse con el reflujo y el flujo de la vida.

 

(Hay muchas más clasificaciones de este tipo, como por ejemplo la que podéis ver en este otro link).

 

  • b) Los niveles estructurales por los que asciende la inteligencia espiritual según Ken Wilber y James Fowler:
    • Nivel 1 (infrarojo): fe primaria o indiferenciada. Se caracteriza por el aprendizaje acerca del bienestar en el entorno inmediato. Se desarrolla la confianza. "La fe más temprana es lo que nos permite someternos a las primeras separaciones [de los padres] sin ansiedad o miedo a perdernos. La fe primordial se forma antes de que haya lenguaje. Forma los rituales básicos de cuidado, intercambio y reciprocidad. Y, aunque no determina el curso de nuestra fe posterior, sienta las bases sobre las cuales se construirá la fe posterior o tendrá que ser reconstruida en la fe posterior".
  •  
    • Nivel 2 (magenta): intuitiva proyectiva. Se caracteriza por una exposición desprotejida de la psiquis al inconsciente. Se es principalmente fantasioso. "Surge en la primera infancia con la adquisición del lenguaje. Aquí, la imaginación, estimulada por historias, gestos y símbolos y que aún no está controlada por el pensamiento lógico, se combina con la percepción y los sentimientos para crear, a largo plazo, imágenes de fe duraderas... Las representaciones de Dios toman forma consciente en este período y se basan, para bien o para mal, en las experiencias de los padres u otros adultos a quienes se relacionan emocionalmente durante los primeros años de vida... cuando las experiencias de conversión ocurren en las etapas posteriores de la vida de uno, las imágenes que se forman en esta etapa tienen que ser reelaboradas de alguna manera importante". Se trata de una visión centrada en la protección, la seguridad, la supervivencia y el empleo de conjuros o encantamientos mágicos para alejar los malos espíritus y garantizar la supervivencia. Se trata de una visión muy antropomorfa y supersticiosa, que equipara totalidades y partes hasta llegar a confundirlas, que está cargada de prejuicios y sesgos, y que iguala todas las totalidades (de modo que si un oriental, por ejemplo, es peligroso, todos los orientales lo son). No diferencia claramente la imagen de un objeto del objeto real (de modo que basta con pinchar la muñeca que representa a una persona para que algo malo le suceda a esa persona). El animismo caracteriza este nivel, que atribuye rasgos humanos a entidades naturales (p.e. el volcán entró en erupción porque estaba enfadado conmigo). Atribuye rasgos humanos a la naturaleza. Adorar a los ancestros (fuente primordial de sabiduría espiritual) empieza a ser algo común. Cuentos y leyendas mantienen unida la comunidad. El indivíduo está más preocupado por su salvación que por la salvación de los demás.
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    • Nivel 3 (rojo), mágico-mítico. Las personas en este estadio se caracterizan por una fuerte creencia en la justicia y la reciprocidad del universo. Sus deidades son antropomórficas. Son dogmáticas, literales e ingenuas. Aquí, el pensamiento operacional concreto, la capacidad de pensar lógicamente, surge para ayudarnos a ordenar el mundo con categorías de causalidad, espacio, tiempo y número. Ahora podemos distinguir lo real de lo imaginario, lo real de la fantasía. Podemos entrar en las perspectivas de los demás y ser capaces de capturar la vida y los significados en narraciones e historias. La diferencia entre la magia y el mito radica en el lugar en donde se ubica la fuente del milagro, el "yo" en el caso de la magia (yo realizo una danza de la lluvia y el espíritu de la naturaleza obedece y llueve), mientras que en el caso del mito, el yo ha abandonado la ilusión de poder intervenir a su antojo en la naturaleza y en la historia, pero si él ya no puede hacer milagros, Dios, la Diosa, o algún otro ser sobrenatural, sí que puede hacerlos. Este nivel mágico-mítico jalona la transición que conduce desde el yo mágico omnipotente, al dios o dioses míticos omnipotentes de la próxima ola del desarrollo. Entonces, en el tercer nivel, si nos acercamos ritualmente a Dios de un modo que le complazca, Él o Ella hará el milagro por nosotros (de modo que la mágia se transfiere a seres míticos de un poder colosal, de ahí el nombre mágico-mítico). La principal preocupación sigue girando en torno al poder egocéntrico y narcisista (a este estadio también se le conoce por el de "dioses de poder"). El yo ha logrado diferenciarse del entorno, y su vulnerabilidad asume una importancia primordial, en donde priman la protección y la seguridad. Reflejando este entorno amenazador, Dios es un ser poderoso, airado vengativo y muy impredecible.
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    • Nivel 4 (ámbar), mítico-absolutista, convencional. Se ajusta a las redes sociales de forma conformista. "La aparición del pensamiento operacional formal [la capacidad de pensar de manera abstracta] abre el camino para confiar en ideas abstractas y conceptos para dar sentido al mundo de uno mismo. La persona ahora puede reflexionar sobre experiencias pasadas y buscar el significado y el patrón. Al mismo tiempo, las preocupaciones sobre el futuro personal de uno (identidad, trabajo, carrera o vocación) y las relaciones personales de uno se vuelven importantes". Es convencional, porque ahí puede asumir el rol de los demás, es decir, una perspectiva que pasa de egocéntrica a etnocéntrica, del yo individual al grupo. Así pues, es conformista (mi país o mi religión, esté en lo cierto o no). Se prima la ley y el orden. Se trazan claras fronteras entre nosotros y ellos, y en términos religiosos, mi grupo es el pueblo elegido de Dios. Convertir infieles es un gran mérito. Hay un fuerte deseo de entender la verdad absoluta de Dios, la cual suele estar contenida en un libro "sagrado", una narración mítica que se considera verdad absoluta, y en la que se cree a pies juntillas. Quienes creen en la palabra de Dios ascenderán a los cielos, mientras los que no crean en Él serán desterrados al purgatorio, o a reencarnar, o al infierno. Romper las reglas o roles te puede condenar. Las jerarquías estrictas (de dominio) son muy comunes en esa etapa. 
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    • Nivel 5 (naranja), racional-reflexivo. Aquí la fe es crítica, subjetiva y personal, se producen pugnas entre lo relativo y lo absoluto, y se toma responsabilidad de las creencias personales. "En esta siguiente etapa deben ocurrir dos movimientos importantes. Por un lado, para pasar a la etapa 5 reflexiva-individual, debemos cuestionar, examinar y reclamar los valores y creencias que hemos ido elaborando en nuestras vidas. Deben convertirse en compromisos explícitos en lugar de compromisos tácitos. "Tácito" significa sin consideración, sin examen, sin aprobación crítica. "Explícito" significa compromisos conscientemente elegidos y apoyados por la crítica... El otro movimiento que esta etapa requiere, es que uno tiene que reclamar un "ego (o "yo") ejecutivo". En la etapa anterior, se podría decir que la identidad de una persona es, en gran medida, moldeada por sus roles y relaciones... Al pasar a la etapa de reflexión individual, uno tiene que enfrentar y responder preguntas tales como: ¿Quién soy yo cuando no soy el hijo o hija de mis padres? ¿Cuándo no soy definido por ser cónyuge de...? ¿Quién soy yo cuando no estoy definido por el trabajo que hago? ¿Quién es el 'yo' que tiene esos roles y relaciones pero no está totalmente expresado por ninguno de ellos?". Al apoyarse en la mente operacional formal y racional, puede asumir una visión más reflexiva, objetiva y crítica, y hasta escéptica de sus experiencias y creencias. Puede comprender mundos condicionales ("y si...", "como si..."), de modo que no solo puede empezar a cuestionar las verdades literales de las creencias míticas religiosas, sino a entender significados también más simbólicos y metafóricos. Las creencias de este nivel tienden a basarse en evidencias y razones universales, en lugar de hacerlo en revelaciones míticas. Trata a todo el mundo por igual, independientemente de raza, sexo, credo, etc.
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    • Nivel 6 (verde), pluralista, conjuntiva, relativista. Se superan paradojas y relativismos, se trascienden los símbolos heredados de la cultura de origen. "Esta etapa implica el abrazo e integración de los opuestos y las polaridades en la vida de uno. Significa darse cuenta, tanto jóvenes como viejos, que la juventud y la acumulación de edad se mantienen juntas en la misma vida... Significa aceptar el hecho de que somos personas constructivas y, inadvertidamente, personas destructivas. Pablo capturó esto en Romanos 7, cuando dijo: "Porque no hago el bien que quiero, pero el mal que no quiero es lo que hago". "¿Quién me rescatará de este cuerpo de muerte?". Esta visión de la espiritualidad está realmente interesada en la reconciliación y la no marginación. Por eso no se limita a aceptar y tolerar pasivamente otras religiones, sino que a menudo las abraza activamente y trata de entenderlar e incorporarlas a su visión del mundo. Aunque sigue creyendo que su postura pluralista es la única verdadera, cayendo en la contradicción de creer que su visión es superior en un mundo en el que ellos mismo niegan que exista nada superior o inferior. En la espiritualidad pluralista se advierten las verdades importantes en todas las religiones, e incluso puede tener una espiritualidad desde el ateismo o el agnosticismo (lo cual también puede pasar en el nivel anterior). Rechaza toda jerarquía, y se manifiesta a favor de los oprimidos y desfavorecidos, tiene una clara sensibilidad medioambiental (ecocentrismo) y planetaria, y está especialmente abierta al misticismo natural y al Espíritu en tercera persona o Gran Eso, como la Gran Red de la Vida. Como rechaza todo tipo de jerarquía, fracasa miserablemente en distinguir las jerarquías de dominio (que son realmente aborrecibles), de las jerarquías de desarrollo (que son sanas y naturales). En las jerarquías de dominio u opresión, los pertenecientes a un nivel superior, oprimen y dominan a los muchos de los niveles inferiores, aunque una jerarquía natural de actualización o desarrollo, por poner un ejemplo, nos conduce desde los átomos hasta las moléculas, las células y los organismos. A esas jerarquías naturales, Koestler las denominó holoarquías, pues cada nivel más elevado no oprime al anterior, sino que lo incluye y abarca. Y la visión pluralista postmoderna, al no entender eso, incurre en el error catastrófico de deconstruir y destruir también toda jerarquía de desarrollo, un auténtico desastre cultural y espiritual. 
  •  
    • Nivel 7 y 8 (esmeralda y turquesa), universal, holista, integral. Tracendentes de culturas y credos. Socialmente proactivo y propositivo de ideas que rompen con lo establecido. "Más allá de la paradoja y las polaridades, las personas en la etapa de la Universalización de la fe, están basadas en una unidad con el poder del Ser, Espíritu o Dios. Sus visiones y compromisos parecen liberarlos en una inversión apasionada pero desapegada del yo en el amor. Tales personas están dedicadas a superar la división, la opresión y la violencia, y viven en una respuesta anticipada efectiva a una comunidad de amor y justicia que unifica, la realidad de un reino de Dios fragmentado". Las personas que se encuentran en ese nivel de inteligencia espiritual, están impulsadas a encontrar pautas que conectan, a descubrir la unidad que subyace a la diversidad, la totalidad que acompaña a la parcialidad y la unidad que hay detrás de toda multiplicidad. Se tiene reconocimiento de las importantes contribuciones realizadas por los niveles y visiones anteriores. Reconoce que cada etapa del desarrollo trasciende e incluye a sus predecesoras. Cada etapa es una totalidad y a la vez parte (un holón) y la jerarquía anidada resultante es una jerarquía de desarrollo (o jerarquía holónica, que podemos llamar holoarquía). Entonces, dándose cuenta de la naturaleza holoárquica de todas las cosas, la visión integral reconoce estar estrechamente interconectada con todo el universo. Cada nuevo momento es fresco, espontáneo y vivo. Ahí se reconocen e integran las dualidades como conocimiento y sentimiento, conciencia y ser, y epistemología y ontología, no las ve separadas y no trata de fundamentar a una por la otra, sino que las ve y siente como aspectos complementarios de la misma Totalidad. Cualquier cosa, evento o ser, puede ser visto desde diversas perspectivas: interioridad, exterioridad, individualidad, colectividad. Si combinamos estas 4 perspectivas de la realidad, obtenemos lo que Wilber denomina "Los 4 cuadrantes del Kosmos". Los niveles holista e integral no se limitan a tolerar pasivamente las visiones de las etapas anteriores, sino que las admiten activamente y dejan, para ellas, el suficiente espacio, pues aunque no estén completamente de acuerdo con ellas, entienden que tales estaciones o etapas son parte del camino del desarrollo. Además comprenden que la persona tiene el derecho a detener su su desarrollo en cualquier estación o nivel (mientras sea en una versión sana, pues todos los niveles tienen sus posibles patologías). Así pues, una sociedad realmente inclusiva, debe dejar espacio suficiente para la gente conservadora de nivel ámbar, para la gente orientada al logro del nivel naranja, para los valores postmodernos del nivel verde... y procurar la convivencia pacífica en una misma comunidad de esas diversas maneras de ver el mundo. Puedes ver ti ciudad como un gran pastel de capas diversas de ver el mundo. Los nivel verde están en lucha constante con los conservadores ámbar, con los capitalistas naranja, y se irritan cuando los integrales les dicen que hay jerarquías buenas, por tanto la mentalidad de nivel pluralista verde no sirve para liderar armoniosamente ese pastel de capas de nuestra sociedad. Los niveles holista e integral son los primeros que aportan una visión de comprensión de la necesidad de cuidar toda la espiral del desarrollo, de cuidar inclusivamente todos los estratos. Y esa capacidad es algo tan novedoso que es imposible de exagerar lo importante que es su expansión y divulgación, pues puede conducirnos a ir resolviendo las crisis que vemos en nuestro mundo globalizado. Esa visión supone un extraordinario salto de significado a la que los teóricos como Graves llaman conciencia de segundo grado, porque es la primera visión de la realidad que realmente no está en "guerra" con los demás sistemas de valor o capas del desarrollo. Eso es realmente nuevo, épico y revolucionario, sin precedentes.

A partir del noveno nivel, las estructuras de la conciencia dan un nuevo salto cualitativo, y pasan a denominarse niveles de tercer grado, los cuales se caracterizan fundamentalmente por ser una unión de estados místicos con las estructuras de la inteligencia. Y no es que no se pueda acceder o incluso estabilizar los diversos estados místicos desde los niveles inferiores, pues sí se puede, lo que pasa es que antes de este nivel estructural, el noveno, no es imprescindible tener acceso permanente a alguna modalidad  de percepción mística, y a partir de ahí sí que se vuelve un requisito. Además, cada nivel de tercer grado presenta tres aspectos fundamentalmente diferentes: un aspecto transpersonal, una sensación directa de totalidad y una conciencia de la conciencia (o Yo del yo, es decir que se es consciente de ser consciente de la conciencia). Veámoslos.

 

  • Nivel 9 (añil), paramente. En este nivel se tiene consciencia constante del propio ego, advirtiendo de que es una construcción de la propia identidad limitada y limitante. También, más allá de ver o percibir interconexiones de redes globales, aquí empiezas a identificarte y a experimentar directamente esas redes transindividuales. En esta etapa del desarrollo espiritual, vas más allá de la sensación de identidad personal con tu cuerpo-mente. Ahí también se produce la unión con el estado ordinario objetivado (misticismo natural de la realidad psicofísica). Sensación directa de unidad con (al menos) toda la realidad psicofísica. Si en la conciencia del nivel turquesa, epistemología y ontología, conocer y ser, se reconocen como aspectos de la misma totalidad, en la conciencia añil (y superiores) se experimentan directamente como algo unificado. Además se experimenta directamente la interconexión y unidad entre todos los seres. El universo se percibe como holoárquico, es decir, que posee una dimensión evolutiva profunda. Aquí se tiene experiencia de estar unido a la Gran Red de la Vida, como si se tratara de una extensión de nuestra piel (a diferencia de solo pensarlo, en el precedente nivel), de modo que la identidad o sensación del "yo" se expande. 

 

  • Nivel 10 (violeta), metamente. Sensación directa de unidad con (al menos) toda la realidad sutil. Conciencia sentida inclusiva y omniabarcadora. Liberación de la sensación/conocimiento de estar atrapado en las dimensiones y restricciones del reino ordinario. Es una espiritualidad experimentada como algo especialmente fecundo y superabundante, visionaria y creativa. Sensación de que el entorno que nos rodea es nuestro cuerpo, nuestra piel. En este nivel del desarrollo, se tiene conciencia y sensibilidad plena de las formas y pautas luminosas y resplandecientes del reino sutil, las cuales no son interpretadas a la manera mágica o mítica de los niveles más básicos, sino de manera no antropomórfica, como la fuerza creativa que permite crear mundos enteros. Aquí hay una unión almenos con el reino sutil. La conciencia Testigo empieza a no ser distante, se inicia la descongelación del Testigo, dando un paso atrás y testimoniando simplemente todo los que ocurre, mientras descansa en su propia Vacuidad, y pasa a tocar o sentir lo que está atestiguando, y posibilitando así un mayor acercamiento entre el Testigo distante y la forma corporal/sensación. Conciencia sentida, en donde el sujeto se halla tan próximo al objeto, que experimenta la sensación de unidad como parte de la resonancia mutua (entre sujeto y objeto) y se trasciende la mente que privilegia lo óntico, es decir, la aparente diferencia entre conocer y ser, que se develan como dos aspectos correlativos de la misma realidad total. Sujeto y objeto coenactúan y se influyen mutuamente.

 

  • Nivel 11 (ultravioleta), sobremente. Sensación directa de unidad con (al menos) toda la realidad causal y también, en su fase más avanzada, con el Testigo vacío puro. Extensiones casi infinitas de amor, luz, luminosidad, Vacuidad plena. Este es el umbral entre las naturalezas primordial (absoluta) y consecuente (relativa) del Espíritu. Vibraciones resplandecientes de conciencia del reino causal, que llegan incluso al misticismo sin forma puro que acompañan a la unión Testigo/Vacuidad. Aunque esa conciencia pura sin objeto y sin forma se encuentra con todas las formas de todos los niveles anteriores, supervisando todo conocimiento/ser/idea/sentimiento inferior, proporcionando una sensación especialmente intensa de plenitud, pues la sobremente llega a todos los niveles precedentes y les infunde claridad, conciencia, sentimientos sublimes, amor y beatitud universal. Es papaz de conectar y captar los tipos de fenómenos presentes en todos y cada uno de los niveles anteriores de ser y de conciencia, durante todo el camino que se remonta hasta el Big Bang, y llegar a conocer así (vía conciencia íntima) información de casi cualquier reino, disciplina o área del conocimiento humano. Aquí hay una resonancia íntima con la totalidad subyacente, en una especie de visión global divina. Y aunque no conozca automáticamente todos los detalles, comprende los fenómenos desde dentro. Se trata de un Testigo todavía más sentido o "cálido" que el del nivel anterior, porque está más cerca de la Supermente no dual (del siguiente nivel). Busca formas en las que el Cielo (es decir, la conciencia trascendente) dé sentido y permita comprender los hechos y detalles terrenales. Aquí el sujeto Testigo vivencía las últimas dualidades del proceso evolutivo, empezando con las más sutiles del estado turiya y del reino causal, descendiendo a las dualidades del reino sutil, y finalmente dando las dualidades del reino ordinario. Y también la dualidad singular/plural (el Uno y los varios). Y esas dos dualidades primordiales combinadas, dan lugar a los 4 cuadrantes que descubrió Wilber. Entonces, la sobremente es la última estructura antes de superar las dualidades del camino de retorno al espíritu no dual. Además, este nivel ultravioleta, es el principal punto de unión entre la causación involutiva/descendente/flujo de los arquetipos ya formados y de los campos morfogenéticos y surcos kósmicos primordiales, y la recepción evolutiva/ascendente/reflujo de los campos morfogenéticos, prototipos y surcos kósmicos recién formados. Y esa causación descendente gobierna la forma/pautas/patrones/estructura (de ahí le viene el nombre de "causal" al primer nivel de manifestación) de proteínas, renacuajos, la forma en que el nivel racional guiado por el logro emerge a través del nivel mítico, etc., y en definitiva, que gobierna la forma de toda manifestación. Este incesante flujo/reflujo, descendente/ascendente, es el modo en que los hábitos o surcos kósmicos recién formados, se almacenan y gobiernan toda forma parecida, en cualquier lugar. Este es el modo en que los hábitos naturales se convierten en leyes de la Naturaleza, que no son más que hábitos profundamente asentados, con una probabilidad de cambio cada vez menor, hasta el punto de que, en lugar de hábitos asentados, parecen leyes fijas y eternas. Otro de los rasgos distintivos de este nivel sobremental es su casi constante conciencia de la conciencia, no necesariamente como una mirada autoreflexiva continua, sino como fundamento omnipresente de una conciencia que todo lo abarca.

 

  • Nivel 12 (blanco), Supermente. Flujo entrelazado de ver/sentir/atestiguar/ser totalidad tras totalidad tras totalidad, y a la vez capaz de concentrarse en cualquier detalle concreto, en el ahora atemporal. La Supermente se ocupa de traducir descendentemente al reino manifiesto los fundamentos de la realidad no dual última, y a recibir ascendentemente la naturaleza evolutiva de los reinos manifiestos. Esta estructura va unida al estado no dual o Turiyatita. Y aunque se puede acceder al estado no dual desde casi cualquier estructura de conciencia más básica, en tales casos, el componente formal únicamente incluye la forma y los datos propios del nivel en el que ocurre. Este es el único nivel de inteligencia espiritual que incluye a todos los demás niveles que han aparecido hasta este momento de la evolución (podrían aparecer más). Ahí no hay nada que se asemeje a un "yo", porque no hay nada que se sienta como un sujeto o como un objeto, o como algo que posea un interior o un exterior y, aunque esas distinciones puedan ser reconocidas, no hay ninguna identidad asociada a ellas. No es tanto un Yo único como una Esidad o Talidad única (la esidad de lo que es inmediatamente tal cual es). Esta es una encrucijada radical, en la que las verdades absoluta y relativa no solo se hallan, como ocurría en el nivel anterior, sino que revelan ser profunda e intrínsecamente no dos. Eternidad y tiempo son no dos. Se reconoce la totalidad y la parcialidad de cualquier acontecimiento en cualquier lugar; la finitud e infinitud de cualquier fenómeno; la unidad y multiplicidad de cualquier evento; la subjetividad y objetividad de cada sujeto y de cada objeto, y la orientación evolutiva e involutiva de cada momento. La Gran Liberación de este nivel supermental no consiste en convertir en existente algo que no existe (una acción estrictamente temporal y, por tanto, no eterna), sino en reconocer una realidad omnipresente y existente siempre ya, tal cual es, como siempre y atemporalmente es, en cualquier momento y cualquier lugar. Es una unidad y totalidad que está más allá de toda fragmentación entre sujeto y objeto, pasado y futuro, bien y mal, placer y dolor, interior y exterior, y que está más allá de los pares, de los opuestos, de la dualidad. Es una especie de fluido superabundante que impregna todos los recovecos del Kosmos, y que existe como simple apertura, espacio o claro en el que el Universo emerge ahora mismo, momento atemporal tras momento atemporal. Sientes que tu Yo más profundo o "Yo soy aquí" y el Universo entero "ahí" son una y la misma cosa "Un-Solo-Sabor", emergiendo juntos en el claro, espacio o apretura en la que antes solía estar tu cabeza.

 



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