Requisitos mínimos para crear un Universo. Postmetafísica integral.

En la filosofía perenne, la Gran Cadena del Ser era la forma que tenían las grandes tradiciones premodernas para explicar como creaba el Espíritu, en primer lugar, involucionando y, después de la aparición del mundo ordinario, evolucionando (ascendiendo o regresando) hacia el mismo Espíritu.

En las dos siguientes imágenes pueden ver diversas maneras de representar "La gran cadena del Ser".

Con la llegada de la ilustración y el pensamiento científico y racional, se empezaron a cuestionar los supuestos fundamentales de aquellas visiones míticas y prerracionales del mundo, que pusieron al descubierto los puntos muertos, los errores y las contradicciones de aquellos grandes sistemas metafísicos, lo cual terminó propiciando, en occidente, el paso de la premodernidad a la modernidad.

Debemos tener en cuenta que tales interpretaciones se hacían dentro de un marco metafísico dado de antemano, o sea, lo que hacían era, amoldar las experiencias vividas, a la cultura y visión del mundo que disponían, que era precientífica y muy a menudo basada en mitos.

Antes de seguir, aclaremos que la metafísica es la rama de la filosofía que se ocupa de lo que es la realidad (ontología) y del modo como la conocemos (epistemología).

Wilber nos sugiere una serie de pasos para integrar las verdades de antes con las de ahora, y pasar de unos fundamentos basados en muchos presupuestos metafísicos, hacia unos mínimos metafísicos básicos necesarios para que pueda surgir un Universo.

1. La materia no es la base o escalón más bajo de la existencia, sinó la forma exterior, y la conciencia es su contrapartida interior. Todo holón (realidades, eventos, cosas, personas, todo en definitiva), tiene un exterior (materia-energía) y un interior (conciencia, es decir cada ser u holón individual registra otros seres u holones a su propia manera experiencial o protoexperiencial), como también tiene una individualidad y una colectividad, que según Wilber son las cuatro esquinas del Kosmos. 

Por lo tanto, a lo que los sabios premodernos llamaron realidades metafísicas, en gran parte son realidades INTRA-físicas: no están por encima de la materia, ni más allá de la naturaleza, no son ni metafísicas, ni sobrenaturales: no están por encima de la naturaleza, sino "en" la naturaleza, no están más allá de la materia, sino en su dimensión interior.

2. Cuanto mayor es la profundidad de un holón, mayor es su nivel deconsciencia. La evolución conlleva a una complejidad creciente de la materia (por ejemplo, una bacteria no es tan compleja como el cerebro trino de la persona humana) y esta complejización de la materia es el nexo necesario para la manifestación en la Tierra de la conciencia cada vez más alta como de la energía cada vez más sutil. Lo cual no niega que formas superiores de conciencia y energía puedan estar desligadas de la materia, sino que, simplemente, la materia es el vehículo de expresión en nuestro mundo ordinario. Y además, como Wilber ubica las energías sutiles en la dimensión de lo exterior (no en el reino de lo interior-consciencia), queda abierta la posibilidad de que seres de conciencia muy elevada tengan cuerpo energético sutil, sin necesidad de tener cuerpo físico. De todas formas, Wilber no se proclama públicamente al respeto. Y si usted cree en la reencarnación (o en el purgatorio y cielo), esta hipótesis le puede servir para darle una explicación lógica, eliminando la mayoría de los postulados metafísicos, exigidos por las religiones. Por eso, según Wilber, las dimensiones más sutiles de conciencia y energía, creadas como un simple gradiente sin contenido en la involución del Espíritu, no pueden manifestarse en el mundo ordinario hasta que la evolución de la materia alcance el grado requerido de complejidad.

Y todo eso, en relación a las experiencias místicas, podemos decir que antes de que aparecieran los seres vivos (bios), el reino de lo sutil estaba ahí, vacío de contenido o si había algo no podemos saberlo, porque sólo podemos saberlo accediendo a lo sutil ahora, y cuando lo hacemos es a través del contenido de nuestras estructuras mentales. No podemos saber nada de lo que había antes del Big Bang. Básicamente, la postmetafísica integral sostiene que no hay nada ahistórico.

3. Perspectivas. Con la llegada de Kant, la metafísica quedó fundamentalmente trastocada. Este dice que la realidad no es una mera percepción, sino una concepción, co-creada con lo que me es dado desde fuera y las categorías a priori puestas por mi. Y mis condiciones son que para conocer algo de forma científica eso debe estar dentro del espacio y dentro del tiempo, no fuera o más allá de ellos. La física y demás ciencias satisfacen esa condición, pero no la metafísica. Terminando por relegar la metafísica a la manera de pensar que ignora la participación co-creadora del sujeto en lo que concebimos como real. O sea, creer que todo viene dado por Dios o por la Naturaleza (o lo que le queramos llamar) y nosotros simplemente lo descubrimos.

Esa participación co-creativa (o enacción) entre el objeto y el sujeto es también aplicable a las experiencias místicas. Por ejemplo, las experiencias de estado de conciencia sutil y la visión que uno dispone de tal experiencia, se va reinterpretando a medida que el sujeto y la comunidad de sujetos ascienden por la espiral del desarrollo humano, especialmente en la evolución de los sistemas de valores, oferciendo una visión del mundo o del Kosmos cada vez más profunda y abarcante, que va desde una visión egocéntrica o preconvencional, a una visión sociocéntrica o convencional, para llegar a una visión postconvencional o mundicéntrica, e incluso más allá para llegar a una visión kosmocéntrica.

Además, por ejemplo, cuando los suficientes idividuos o cosas (holones) se han desarrollado hacia un determinado hábito kósmico (estructura, patrón, etc.), el surco se va profundizando, lo que hace que los futuros holones de la misma especie repitan tal hábito, lo que da lugar a una estructura (en cualquier tipo de holones: seres humanos, bacterias, átomos, frases, sistemas sociales, etc.). 

En palabras de Wilber, "los hábitos kósmicos (o recuerdos kósmicos), cuando emergieron por primera vez, lo hicieron de un modo relativamente abierto y creativo aunque, en la medida en que una determinada respuesta fue repitiéndose, acabó consolidándose en una estructura cada vez más difícil de erradicar". Dicho metafóricamente, los hábitos kósmicos, por repetición, van profundizando el "surco", lo que conduce a la creación de estructuras (en principio superficiales) de conciencia, que cada vez se hacen más profundas. Así pues, no son prexistentes ni a-históricas (antes del Big Bang), sino que van surgiendo y se van fijando en la evolución (después del Big Bang). 

El enfoque postmetafísico no acepta la existencia de algo que no sea accesible por algún tipo de consciencia. Mas, cuando la consciencia accede a algo, no lo refleja simplemente (como cree la modernidad con el "mito de lo dado" o el "paradigma del reflejo"), sino que lo co-crea en el acto de percepción, es decir los cuatro cuadrantes siempre presentes: datos externos (los cuadrantes de la derecha) e interpretaciones internas (los cuadrantes de la izquierda). Entonces si tenemos un Kosmos compuesto de holones con sensibilidad, tenemos un Kosmos compuesto de perspectivas (de los 4 cuadrantes). Así, no hay espacio real que no sea siempre ya un espacio-surgiendo-como-una perspectiva. Decir que los cuatro cuadrantes aparecen simultáneamente (tetraemergencia de todo holón) es decir que las dimensiones ontológicas (de lo que es real) y las perspectivas epistemológicas (como lo conocemos) son una y la misma cosa, por eso se las puede llamar dimensiones-perspectivas.

Las experiencias llamadas espirituales deben situarse, teniendo en cuenta el desarrollo en la línea cognitiva, como también en las demás líneas, especialmente la de valores y la moral de la persona que tiene la experiencia, que siempre se encuentra dentro de un sistema cultural, y a la vez especificar el estado de conciencia al que se accedió, ya que hay diversos estados, diferentes del estado de conciencia ordinaria, como el estado sutil, el estado causal, el estado de Testigo vacío y el estado no-dual.

Para explicar por qué un individuo puede acceder a las revelaciones permitidas por un estado elevado de conciencia e interpretarlas constructivamente, Ken Wilber y el profesor Allan Combs desarrollaron la "rejilla Wilber-Combs", para combinar los principales estados de conciencia (ordinario, sutil, causal y no dual), con los niveles (o estructuras) de conciencia básicos: el arcaico, mágico, mítico, racional, pluralista, integral y supra integral.

Por supuesto, nuestra visión del mundo siempre va a tener postulados metafísicos, seamos o no conscientes de ellos (p. e., el materialismo metafísico cree que la única realidad existente es la realidad material y que el Big Bang no puede surgir de la nada), aunque la postmetafísica integral de Wilber los reduce todo lo posible. En este sentido, en nuestro mundo actual, es preciso que la espiritualidad atraviese una frofunda revisión.

Así pues, veamos cuales son estos mínimos metafísicos que antes del Big Bang ya tenían que estar ahí. Cuatro de los impulsos metafísicos que la postmetafísica integral requiere són: 2 verticales, transcendencia e inmanencia, y 2 horizontales, comunión e individuación. (Trascender o abrazar; acomodarse o preservarse). La transcendencia: impulso ascendente (Eros), mediante el cual, todo holón tiene la capacidad de ir más allá de lo que fue anteriormente. La inmanencia: (impulso descendente) lo superior que alcanza y abraza a lo inferior o igual.  También, para la aparición de lo singular (uno) y lo plural (dos, tres... varios, muchos), y la aparición de la subjetividad (Testigo, interioridad, conciencia, aprehensión...) y lo objetivo (lo atestiguado, exterioridad, cuerpo...). Así aparecen las dos dualidades básicas de nuestro universo: interioridad (los dos cuadrantes de la izquierda) y exterioridad (los dos cuadrantes de la derecha). Y individualidad (los dos cuadrantes de arriba) y colectividad (los dos cuadrantes de abajo), dando como resultado los 4 cuadrantes del Kosmos. Sin olvidar que la realidad más profunda de TODO es no-dual, y que esos 4 cuadrantes son simplemente perspectivas, y no se puede separar la interioridad de la exterioridad de todo ser, ni la singularidad de la colectividad. Es decir, la realidad tetraemerge, y cada nivel de realidad observado en una sola perspectiva (o cuadrante) tiene sus correlatos en las demás perspectivas (o cuadrantes). 

Y otro de los pocos postulados metafísicos que requiere el modelo integral, es la existencia del gradiente (espectro o continuum) causal-sutil-ordinario en el camino involutivo, cuando el Misterio del Espiritu decide crear. Un gradiente o espectro al principio vacío de contenido en la involución, al que el emerger de las estructuras (en la evolución, después de Big Bang) iría dando contenido y forma. Eso, y el potencial de energía-masa y la matriz espacio-tiempo, sería lo básico necesario para poner el Universo en marcha.

Este gradiente sin contenido, sería un contínuo o espectro que vendría a ser la forma en cómo el Misterio del Espíritu decidió crear, involucionando, eventuando el reino causal, el sutil y el ordinário (Big Bang), lo que aguardando a llenarse de contenido durante la evolución, que va desde el Big Bang hasta regresar al Espíritu. Esa es la postura más límpia de especulación metafísica que existe hasta ahora. Podría ser que Dios, en la involución, hubiera creado ángeles, querubines, deidades diversas y demonios, lo que pasa es que, o tenemos que hacer un acto de fe ciega, o tenemos que experimentar contactos en primera persona con tales seres y de ser así, tal experiencia se situa en la evolución (tramo que va del Big Bang de regreso al Espíritu), por tanto, si se crearon o no tales seres en la involución (antes del Big Bang) es pura especulación metafísica (en caso de creer en ellos, claro, lo cual no es necesario).

Wilber, en su libro "La religión del futuro" dice que, "por ejemplo, en una experiencia meditativa o extática de estado sutil o causal, pueden aparecer formas sutiles de gran luminosidad y amorosidad. Sean como sean tales percepciones, las interpretas. Siempre interpretamos lo que percibimos. Los seres que se presentan en este estado sutil, que muchas veces parecen seres reales con existencia propia separada son, en la mayoría de las veces, formas arquetípicas primordiales sutiles. Aunque la interpretación de tales formas luminosas, a menudo suele venir de la reactivación de los niveles de interpretación más tempranos, como el mágico o el mítico. Esas formas luminosas pueden ser de una intensidad tan extraordinaria que pueden llegar a ser desbordantes. Y la mente suele atribuir intencionalidad e individualidad a esas formas de luz sutil. Y uno cree hallarse ante seres superiores, que le proporcionan comprensiones y soluciones nuevas extraordinarias".

"Y la cuestión no es que haya que desechar esas formas de información sutil, porque es una auténtica sabiduría metamental, sino interpretarla con más consciencia de constructo (el "yo" que interpreta no es neutro, participa en la construcción e interpretación de lo percibido), ya que los cristianos pueden ver santos, ángeles, la Virgen, el Cristo; los budistas pueden ver bodisatvas...; los induistas, dioses védicos...; en lugar de interpretarlas como formas o pautas arquetípicas primordiales de la mente. Y siendo consciente de la coenacción entre el "yo" y lo percibido, no hay nada de malo (sino todo lo contrario) en conectar con esa sabiduría como "un gran otro más sabio" o un maravilloso Tú".

En "La religión del futuro", Wilber explica que, desde la postmetafísica integral, la evolución ya no es una especie de rebobinado de la cinta de vídeo de la involución (concepción típica de la Gran Cadena del Ser tradicional), sino que es un proceso mucho más creativo y libre. Basta con postular la existencia durante la involución de los arquetipos originarios de las formas y procesos fundamentales, necesarios para poner en marcha un universo.

Ese proceso de evolución se asemeja a lo que ocurre cuando soltamos una goma elástica que previamente habíamos estirado. La combinación del impulso evolutivo y las formas fundamentales como los 4 cuadrantes y la matriz del espacio-tiempo y unos pocos postulados metafísicos más, creados en la involución, bastan. La fuerza original, generada por la extensión de la goma elástica en la involución, proporciona el impulso básico necesario para crear evolutivamente.

Metafóricamente, Dios sería este emcapuchado de negro, que tensa y carga el tirachinas en la involución, y se dispara hacia él mismo en la evolución. Entonces tal vez fuera Dios quien tiró la primera piedra..., metafóricamente hablando..., sin ánimo de ofender a alérgicos del humor postmetafísico ;)

Aún la física actual (incluso en su versión más materialista), reconoce la aparición previa o concomitante al Big Bang, de un Universo físico que se atiene a pautas susceptibles a ser representadas matemáticamente. Es decir, que un dato involutivo fue una especie de logos (en este caso matemático), cuya existencia depende de una serie de intrincadas fórmulas y ecuaciones matemáticas porque, en caso contrario, los físicos ni siquiera hubiesen podido postular la existencia del Big Bang. Es necesario una matemática ya operante, una suerte de logos previo, involutivo, que se pone de manifiesto durante el proceso del Big Bang. Lo que no es necesario es postular como ya existentes en la involución todos los ítems a los que estas matemáticas se aplican, pues eso es algo que emerge después del Big Bang, en la evolución. Así pues, la postmetafísica integral mantiene solamente un logos mínimo.

Y así es como queda la Gran Cadena del Ser después de la concepción de la postmetafísica integral de Ken Wilber.

La Gran Cadena del Ser no tendría eslabones en el proceso de involución (solo una gradación sin contenido). Y en el caso de creer en los bardos budistas o en el cielo poblado de ángeles y purgatorio cristiano, u otros mundos de seres no encarnados, puede tener cabida en la postmetafísica integral, aunque habrán adquirido forma y contenido durante la evolución (tramo que va del Big-Bang en adelante).

Cabe decir, en cuanto al paradigma de la postmetafísica integral, que transciende, a la vez que incluye, el problema sobre la visión del mundo realista (la realidad es cognoscible tal cual es), opuesta a la idealista subjetiva (el sujeto construye el mundo).  Wilber lo resuelve de forma brillante, introduciendo el concepto de la dirección kósmica.

Dirección kósmica = altitud (nivel) + perspectiva (cuadrante), tanto del perceptor como de lo percibido. Todo conocimiento estaría "situado" por la altitud o nivel de desarrollo y la perspectiva o cuadrante en el que o desde el cual accedemos a tal conocimiento. Cualquier cosa que se diga, esta en una determinada dirección kósmica, tanto del sujeto como del objeto. Ser consciente de que cualquier cosa la digo desde una perspectiva, es fundamental. Eso sí, hay perspectivas más abarcantes y las hay más estrechas, por tanto no todas las interpretaciones son igual de profundas e incluyentes.

La postmetafísisca resuelve numerosos problemas, como la guerra por tener la razón entre filósofos partidarios del realismo y filósofos partidarios del idealismo. Para ejemplificar la superación e integración de la postura realista y la idealista subjetiva, Wilber dice en su libro "Espiritualidad integral": "... aunque la teoría de la relatividad no ex-istiera en una sociedad mágico-animista del pasado, sub-sistía en ella en tanto que rasgo intrínseco del Kosmos, desconocido por aquella sociedad. Además, estos rasgos intrínsecos, no se hallan preestablecidos, sino que son el co-producto  del nivel de conciencia que los postula. O sea, que la teoría de la relatividad puede ser transcendida e incluida por una futura teoría. Lo que cambia según la dirección kósmica, es como lo interpretamos y, debido a esa interpretación, podamos ver cosas distintas. Así, los átomos pasaron de ser como pequeños sistemas planetarios, a nubes de probabilidad, a estar formados por cuerdas y supercuerdas cuánticas. Nuevos experiementos  desde disitntas altitudes nos permiten obtener nuevos datos, que nos pueden permitir reinterpretar la naturaleza de "lo objetivo" desde cada nueva altitud".

Lo que es real (desde el punto de vista relativo) depende de la dirección kósmica desde la que se mire. Distintas direcciones kósmicas desvelan realidades muy distintas, que puede parecer irreales para quien no pueda acceder a esa dirección kósmica.

Muchos de los malentendidos, desacuerdos y falta de comprensión mútua en nuestro mundo académico actual, se debe a que están discutiendose asuntos desde perspectivas diferentes, y pretender que la perspectiva que uno ha elegido colonice el resto de las perspectivas válidas. Eso lleva a pensar que se posee la verdad, cuando solamente se está apuntando hacia una de las varias dimensiones de la verdad. Y especificar la dirección kósmica del objeto en cuestión y del sujeto conocedor, ayudará mucho a llegar a la tan ansiada "comprensión mútua" y acción conjunta certera a la hora de abordar nuestros problemas.

Además, toda la espiritualidad debería pasar una profunda y extensa revisión postmetafísica, para adaptarse a lo que el Espíritu ha descubierto de sí mismo en la modernidad y la postmodernidad, emergiendo una nueva visión del mundo más sincera y honesta, pues no intenta llenar vacíos mediante la especulación, que siempre está teñida con nuestros deseos e intereses.

Eros, Ágape; Comunión, individuación; los 4 cuadrantes; gradiente de causal a ordinario; potencial de energía; matriz espacio-tiempo... las leyes del Amor del Espíritu no manifestado. Nuestro universo = las infinitas formas relativas del Amor, en la aventura de exigencia en crescendo cuanto más cociencia incluya el holón; exigencia de navegar tales impulsos de forma sana. Del buscar esa forma sana nace la Práctica Integral de Vida.

Una de las cosas más interesantes que te vas a encontrar en mi curso "Senda a la felicidad integral" son las 12 meditaciones del espectro de la conciencia. Una meditación por cada nivel.

Estas meditaciones, basadas en la Teoría Integral de Ken wilber, empiezan por el nivel más básico, el infrarrojo, y van ascendiendo, transportando tu conciencia de forma natural hasta los niveles más elevados. ¡Es un viaje interior apasionante!

Por ejemplo, en la meditación del primer nivel, practicarás atención plena sobre tu impulso de "hambre", para integrarlo (en caso de que no esté bien integrado) y trascenderlo. Esa práctica puede curar problemas con ese impulso, ya sean por adicción o por disociación.

Este tipo de meditaciones son algo novedoso, pues no son meditaciones al uso, no son meditaciones de estado, no son meditaciones del ámbito del despertar, son meditaciones de estructura, de la dimensión del crecer, y siéndote sincero, no encontrarás muchas meditaciones para crecer estructuralmente y limpiar, ya que la mayoría son meditaciones para lograr estados elevados (lo cual está genial, aunque en internet puedes encontrar miles de meditaciones de este tipo), no del tipo de meditaciones que aquí te ofrezco (para crecer). Así pues, en este sentido, son unas meditaciones muy especiales y con elevadísimo potencial transformador para ti.

Si te interesa saber más sobre estas meditaciones o sobre el curso entero, ponte en contacto conmigo por e-mail :) CLICA EN LA SIGUIENTE IMAGEN PARA ADQUIRIRLAS.