teoría del desarrollo del adulto de Robert Kegan

Como maduramos en la etapa adulta

como se van objetivizando los sujetos de la conciencia

 

 

¿Cómo deberíamos desarrollarnos en la adultez? ¿Cómo deberíamos percibir e interactuar con el mundo? ¿Cómo manejar conflictos e interactuar con las personas que nos rodean?

 

Para la mayoría de nosotros, la adultez simplemente sucede. No tenemos un modelo para el desarrollo del adulto que nos pueda ayudar a entender dónde estamos y dónde queremos estar.

 

Aquí es donde entra la teoría del Desarrollo del Adulto del Dr. Robert Kegan.

 

Kegan (un ex psicólogo de Harvard) muestra que los adultos pasan por 5 distintas etapas de desarrollo.

 

Ser un ‘adulto’ significa hacer una transición hacia etapas más avanzadas de desarrollo. Significa desarrollar un sentido independiente de self y obtener rasgos asociados a la sabiduría y madurez social. Significa tener una mayor autoconciencia y control de nuestro comportamiento, así como también ser cada vez más conscientes y más capaces de manejar nuestras relaciones y los factores sociales que nos afectan.

 

Sin embargo, la mayoría de nosotros – 65% de la población general aproximadamente – nunca nos convertimos en ‘adultos’ de alto funcionamiento, es decir, nunca pasamos la Etapa 3 (de 5 Etapas!). Todavía nos falta un sentido de self independiente porque mucho del que pensamos, creemos, y sentimos es dependiente de la experiencia que creemos generar en los otros.

 

Entonces, ¿cómo podemos hacer la transición a etapas más altas?

 

 

La teoría de Kegan distingue 5 distintas etapas de desarrollo. La mayoría de nosotros se encuentra en una transición entre etapas.

 

Antes de entrar en la teoría, necesitamos entender 2 conceptos clave:

  • Transformación:

Muchos de nosotros creemos que ser un adulto simplemente significa ser mejor en lo que hacemos (es decir, adquirir más habilidades y conocimiento). Kegan estaría en desacuerdo.

 

De acuerdo a Kegan, convertirse en un adulto no se trata de aprender cosas nuevas (agregar cosas al ‘contenedor’ de la mente), sino que se trata de la transformación – cambiar la forma en que conocemos y entendemos el mundo (cambiar la forma actual de nuestro ‘contenedor’).

 

Transformación es similar a un “Cambio personal copernicano”. Antes de Copérnico, creíamos que la tierra era el centro del sistema solar. Entonces llegó Copérnico demostró que el sol está en el centro. Entonces, aunque nada cambió físicamente, toda nuestra concepción y percepción del mundo se transformó. 

 

Esto nos ocurre todo el tiempo. Piensa, por ejemplo, en un libro que releíste desde la secundaria. Mientras que la información es la misma (mismas palabras, mismo libro), la forma en que vives la experiencia y entiendes el libro (¡y el mundo!) es fundamentalmente diferente. Esto es transformación.

 

Es solo a través de la transformación que podemos hacer la transición hacia etapas más altas de desarrollo (esta es también la razón por la cual la tragedia personal puede ser un buen catalizador muy bueno para el crecimiento).

 

  • Cambio de Sujeto-Objeto:

Hacer la transición hacia etapas más altas requiere un cambio de sujeto-objeto – mover lo que ‘conocemos’ desde el Sujeto (donde nos controla) al Objeto (donde lo podemos controlar).

 

Está basada en la premisa que mientras más en nuestras vidas tomamos como Objeto, más claramente podemos ver el mundo, a nosotros mismos y las personas en él.

 

Sujeto (Yo soy) – Conceptos del self a los que estamos apegados y por lo tanto no podemos reflexionar sobre ellos o tener una mirada objetiva. Incluyen rasgos de personalidad, supuestos sobre la forma en que funciona el mundo, comportamientos, emociones, etc.

 

Objeto (Yo tengo) – Conceptos del self de los que podemos desapegarnos. Que podemos mirar, reflexionar sobre ellos, involucrarnos, controlarlos y conectarlos con otros elementos.

 

Por ejemplo: muchos de nosotros experimentamos un cambio de sujeto-objeto con respecto a la religión. Cuando somos jóvenes nuestra religión es subjetiva -es decir, Soy Católico, Soy Judío- y dependiente de nuestros padres o comunidad. No tenemos la capacidad de analizar o cuestionar estas creencias.

 

Cuando somos mayores, la religión se vuelve más objetiva –es decir, ya no soy mis creencias. Soy un humano CON creencias, capaz de dar un paso atrás y reflexionar sobre ellas y decidir en qué creer.

 

Desde mi experiencia, mientras más yo pueda dar un paso atrás y analizar, reflexionar sobre mi propio comportamiento, sentimientos, deseos y necesidades, puedo operar mejor desde un espacio de plenitud, paz y fortaleza.

 

Esto es muy similar a las ideas budistas en torno al desapego. El sufrimiento surge desde una sobre-identificación con nuestros pensamientos, creencias, emociones, etc. ¿La solución? Desapego. El desapego no es indiferencia, es el acto de mirar estas cosas de forma objetiva, es decir, no soy mis sentimientos, emociones, pasado o creencias; sino que yo tengo sentimientos, creencias, emociones, etc.

 

La transformación y el cambio de sujeto-objeto son críticos para el desarrollo adulto.

 

¿Dónde estás tú? Etapas del desarrollo adulto de Kegan:

 

Etapa 1 – Mente impulsiva (niñez temprana).

Etapa 2 – Mente imperial.

Etapa 3 – Mente socializada.

Etapa 4 – Mente auto-creadora.

Etapa 5 – Mente auto-transformadora.

 

Me enfoco en las etapas 2 a 5, porque son las más aplicables al desarrollo adulto. La mayor parte del tiempo estamos en transición entre etapas y/o nos comportamos de acuerdo a diferentes etapas con diferentes personas (es decir, Etapa 3 con una pareja, Etapa 4 con un compañero de trabajo).

 

La ‘meta’ es poner atención a la etapa en la que estamos, cuándo y con quién. Solo entonces podemos trabajar deliberadamente para cambiar nuestra perspectiva, pensamientos, sentimientos y acciones.

 

Observa a medida que haces la transición a nuevas etapas que lo que antes era sujeto se convierte en objeto.

 

Etapa 2 – La mente imperial (más o menos desde los 6 años y adolescentes, y algunos adultos).

 

La Etapa 2 solía incluir solo adolescentes, pero muchos adultos nunca pasan esta etapa. Tengo la impresión de que todos conocemos alguna persona adulta que está en esta categoría.

 

Sujeto: ES necesidades, intereses y deseos.

Objeto: TIENE impulsos, sentimientos y percepciones.

 

En la Etapa 2, el énfasis está en las propias necesidades, intereses y la agenda personal es primordial.

 

Las relaciones son transaccionales. Los individuos en la Etapa 2 ven a las personas como medios para satisfacer sus propias necesidades, en oposición a una experiencia interna compartida (como nos sentimos el uno con el otro). Les importa cómo los otros los perciben, pero solo porque esas percepciones podrían ser consecuencias concretas para ellos. Por ejemplo, cuando amigos que están en la Etapa 2 no se mienten el uno al otro, es por miedo a las consecuencias o represalias, no porque valoren la honestidad y transparencia en una relación.

 

Así mismo, los individuos siguen las reglas, filosofías, movimientos o ideologías por recompensas o castigos externos, no porque realmente crean en ello. Por ejemplo, una persona en Etapa 2 no hará trampa porque lo asustan de las consecuencias, no porque eso va en contra de sus valores personales.

 

Etapa 3 – La mente socializada (la mayoría de los adultos).

 

La mayoría de nosotros estamos en esta etapa.

 

Sujeto: ES relaciones interpersonales, mutualidad.

Objeto: TIENE necesidades, intereses y deseos.

 

En la Etapa 3, las fuentes externas modelan nuestro sentido de self y entendimiento del mundo.

 

Así como en la Etapa 2 las cosas más importantes son nuestros intereses y necesidades personales, en la Etapa 3 lo más importante son las ideas, normas y creencias de la gente y los sistemas que nos rodean (es decir, familia, sociedad, ideología, cultura, etc.).

 

Por primera vez comenzamos a experimentarnos a nosotros mismos como en función de cómo otros nos experimentan. Por ejemplo, damos una mirada externa a nosotros mismos (“Pensarán que soy estúpido”) y lo hacemos parte de nuestra experiencia interna (“Soy estúpido”).

 

Más características: 

Obtenemos nuestros pensamientos, creencias, moral (lo que creemos cierto) desde fuentes externas.

 

Tomamos demasiada responsabilidad personal por cómo nos experimentan los otros. Como resultado de esto gastamos mucha energía en intentar evitar herir los sentimientos de otras personas.

 

Buscamos validación externa para derivar nuestro sentido de self. Por ejemplo, un estudiante no sabe si ha aprendido exitosamente una materia hasta que ve su calificación en un examen; un ejecutivo no sabe si una reunión particular fue exitosa o no hasta que sus colegas le dicen que lo fue.

 

No tenemos un sentido de self independiente y fuerte. Cuando hay un conflicto entre ideologías importantes, instituciones o personas, tenemos dificultades respondiendo la pregunta: ¿Qué quiero yo? Estamos demasiado ocupados enfocándonos en las expectativas de otros o los roles sociales.

 

Ya no vemos a otras personas como medios para un fin. Podemos internalizar las perspectivas de los otros y realmente preocuparnos de la opinión que tengan de nosotros –no solo respecto a las consecuencias de esas opiniones. Por ejemplo, me importa que estés enojado conmigo porque me importas tú y nuestra relación, no solo porque si estás enojado entonces no me invitarás a tu fiesta.

 

Por ejemplo, en relación a hacer trampa:

Tramposo en Etapa 2 – Preocupado de ser atrapado y de las consecuencias (terminar, ser expulsado, etc.).

Tramposo en Etapa 3 – Siente culpa y una disonancia perturbadora porque hacer trampa está mal y va en contra de su sistema de creencias y valores.

 

Para muchas personas, la madurez social parece terminar aquí. Sin embargo, el potencial de desarrollo constante continúa hacia adelante y hacia arriba.

 

Etapa 4 – La mente auto-creadora.

 

De acuerdo a Kegan, alrededor de 35% de los adultos viven en esta etapa.

 

Sujeto: ES autor de sí mismo, su identidad e ideología.

Objeto: TIENE relaciones, mutualidad.

 

En la Etapa 4, podemos definir quiénes somos, y no ser definidos por otras personas, nuestras relaciones o el entorno.

 

Entendemos que somos una persona, con pensamientos, sentimientos y creencias que son independientes de los estándares y expectativas de nuestro entorno. Podemos distinguir las opiniones de otros de nuestras propias opiniones y formular nuestro propio “juicio”. Somos consumidos por quienes somos – esta es la clase de persona que soy, esto es lo que defiendo.

 

Desarrollamos un sentido interno de dirección y la capacidad de crear y seguir nuestro propio curso.

 

Más características:

Podemos cuestionar expectativas y valores, tomar posición, poner límites y resolver problemas con perspectivas independientes.

 

Podemos explorar los pensamientos y sentimientos de otros, creando nuestro propio sentido de autoridad o voz.

 

Podemos tomar responsabilidad de nuestros propios estados internos y emociones. “Me siento enfadado porque interpreté lo que tú hiciste como una violación de mis valores personales, y si hubiese interpretado tus acciones de otra manera podría sentirme triste (u otra emoción) en lugar de enfadado”.

 

Generamos nuestro entendimiento del mundo y no somos excesivamente modelados por el contexto en el que nos encontramos.

 

Nos damos cuenta que estamos siempre cambiando, que quienes somos es algo que aún podemos negociar.

 

Etapa 5 – La mente auto-transformadora.

 

Sujeto: ES.

Objeto: TIENE autoría de sí mismo, identidad e ideología.

 

Solo un 1% de los adultos alcanza la Etapa 5.

 

En la Etapa 5 el sentido de self personal no está ligado a identidades o roles particulares, sino que es constantemente creado a través de la exploración de las identidades o roles de uno y es perfeccionado a través de las interacciones con otros.

 

Esto es similar al concepto budista de self evolutivo – un self que está en flujo constante, siempre en cambio.

 

Más características:

Somos tanto auto-creadores como dispuestos a funcionar con la autoridad de otros. Podemos no solo cuestionar autoridad, sino que también cuestionarnos a nosotros mismos.

 

Ya no somos prisioneros de nuestra propia identidad. Vemos las complejidades de la vida, podemos expandir quienes somos y estar abiertos a otras posibilidades –estamos reinventando nuestra identidad. Nuestra identidad es limitada- nuestras circunstancias en la vida van a cambiar continuamente y nuestra identidad necesita cambiar con eso.

 

Podemos sostener múltiples pensamientos e ideologías a la vez. La transformación transfigura; no siempre reconcilia, sino que más bien transmuta los opuestos en algo que los sobrepasa borrando sus oposiciones.

 

Podemos entender las cosas desde muchas perspectivas diferentes, pues casi todas tienen algo (o mucho) de verdad (y algo de error). Incluso aceptando las visiones más estrechas y superficiales, desde la comprensión del carácter evolutivo del desarrollo, y que es totalmente respetable el hecho de que no todas las personas lleguen a la etapa 5 del desarrollo, y detenerse en estapas previas es totalmente natural. Además, todas las etapas del desarrollo aportan elementos fundamentales para las siguientes etapas, por tanto una persona que se encuentra en la etapa 5 puede honrar el camino por el cual él mismo transitó, y respetar profundamente a toda la gente que se encuentra en aquellos tramos del desarrollo.

 

¿Ahora qué? Ahora que has visto las etapas, ¿en cuál de ellas crees que estás? ¿En cuál te gustaría estar?

 

De acuerdo a Kegan, todos creemos que estamos en una etapa más alta de la que realmente estamos. Así que presta mucha atención a cómo te comportas en diferentes contextos y con diferentes personas.

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